La chica de la playa

La chica de la foto está en la playa, con los ojos cerrados, sintiendo la brisa del aire caribeño en su cara. Sólo disfruta del momento. Siente entre sus pies la arena fría y húmeda de la playa y juega con ella entre sus dedos. Ha dejado al aire su pelo natural rizado. Su collar favorito, que siempre la acompaña, cae sobre su pecho tatuado. Está viviendo el momento, y en ese momento ella es feliz. No le importan ni los conciertos, ni los discos ni el dinero. No sostiene ningún micrófono ni tiene obligación de hacer ninguna gira. Tampoco se acuerda del alcohol ni siente deseos de drogarse. Sólo vive ese momento, que es suyo. Tampoco piensa en lo que duele el amor, que la mató un poco desde el principio. El amor duele pero no mata. Uno mismo es el que se mata haciendo lo que los demás quieren que hagas. Creo que en ese momento, el de la foto, Amy era feliz. Yo me engaño a mi misma pensando que pude salvarla de su vida, pero nadie es rescatado si no quiere ser salvado. Me quedo con esa expresión de paz de su cara capturada en ese instante donde una mujer esta sentada en la playa de una isla caribeña escapando de su vida, de ella misma y de sus demonios. Intentando no beber ni volver a recurrir a la droga para sentir menos dolor. Para la mayoría esa mujer de la foto es Amy Winehouse, para mí es una chica de la que confieso me enamoré en parte, y a la que nunca olvidaré y que está sentada en una playa cualquiera del Mar Caribe tratando de pasar desapercibida, deseando únicamente ser una chica normal.