A Los Hijos Que Nunca Tendré
- Nuria Llanos
- 2 ago 2018
- 2 Min. de lectura

Esta no es una reflexión triste, escrita desde el dolor de no poder teneros, hijos míos, porque el cáncer os arrebató de mi lado. Es un puñado de cosas que necesito deciros, aunque sé que nunca podréis leerlas. Mamá os escribe para contaros todo lo que os hubiera enseñado, otro puñado de cosas que estoy segura os hubiera grabado a conciencia en vuestras mentes. No sé si hubiérais sido chico o chica, debéis saber que eso a mamá no le importaría. Tampoco me importaría la religión que hubiéseis seguido, o si creeríais en alguna. Yo os enseñaría que el cielo y el infierno está dentro de cada uno, reinado por los pensamientos a los que le deis más poder. Os diría que nada está dicho ni hecho, que las cosas no son blancas o negras. Que no sigáis estereotipos, que las reglas no están escritas. Seguramente os dejaría cometer errores, para explicaros después que hay que cometerlos y que ello no es fracasar, sino aprender y madurar. Trataría queridos hijos de daros todos los abrazos que pueda y os diría que las pruebas de amor nunca son demasiadas. Las expresiones de amor no son sinónimos de debilidad, por el contrario, dar amor y demostrarlo sólo es cosas de los fuertes. Creceríais escuchando música a todas horas y de toda clase, eso os haría mas felices. Os inculcaría el respeto hacia uno mismo primero y después hacia los demás y que no juzguéis a nadie por su apariencia. A que hay que ayudar a los demás, si con ello no os perjudicáis a vosotros mismos. Hubiésemos recordado de mayores, en una de muchas charlas, vuestra infancia, para reirnos una y otra y vez de las mismas cosas. Me daría igual vuestra sexualidad, peinado, religión o filosofía. Trataría de protegeros pero sin cohibiros, con ello conseguiría que no fuéseis niños temerosos. Os haría ver y entender que sois responsables de prácticamente todo lo que os pasa, que en todo lo que nos pasa somos casi totalmente responsables de alguna manera y os enseñaría que nadie tiene que hacerse cargo de uno mismo, esa es una tarea propia y maravillosa. Veríamos juntos películas antiguas de las que ya no se hacen, aunque al principio refunfuñeis. También me gustaría que aprendiéseis que no quedéis nada dentro cuando queráis decir algo, lo que no se expresa, nos enferma y de eso mamá tiene experiencia. Cuánto hubiera disfrutado oyendo de vuestras bocas decirme mamá y cuánto lo echo de menos sin haber ocurrido tal cosa. Es una nostalgia"rara", porque la siento sin que haya pasado....son cosas de mamá de la que nos hubiéramos reído juntos. ¿ Cómo se puede querer a alguien que nunca ha existido? Pues así os quiero hijos míos, porque sois míos. Y del viento. Y de las estrellas.
Comments