Así Me Despido De Ti, Tere

Hoy quiero escribir sobre ti, que ya te has ido. Te has ido sin despedirte, como un amante furtivo, como cuando el otoño se va la primera mañana de invierno. Y yo te echo de menos como si te hubieras ido hace mas tiempo. Me niego a no echarte en cara que no te despidieras aunque sea con un ligero ademán de tu mano. Llegaste a mi vida de la misma manera que te fuiste: sin previo aviso. Yo quería creer que no te irías, pero no fue así. Añoro tus corazones rojos, tu manera de dirigirte a mi como "amor" y añoro la manera tan sutil que tenías de hacerme creer que no te irías, cuando tu lo sabías y yo no. Tan corta fue nuestra amistad y tan profunda la sensación que quedas en mi. Me quedas anhelante de más de ti, de más conversaciones sobre nuestra enfermedad, el cáncer, y de más corazones rojos. Sigo esperando que me contestes cuando vuelvo a escribirte una y otra vez y siempre obtengo el mismo resultado...Mi esperanza era más grande que mi poca tendencia a ser realista y perdí la batalla, ambas la perdimos. Te fuiste y yo me quedo. Y las lágrimas aprietan mi garganta a punto de reventar por no poder salir porque yo las paro, las retengo. Porque tú una vez me dijiste que no sufriera y que fuera feliz. Me dijiste que no llorara por ti, que disfrutara de mi segunda oportunidad de vivir y aquí me tienes, rota, porque tu partida me ha roto. Todas las partidas como la tuya me rompen aunque yo no quiera y tengo tendencia a no poder volver a recomponer esos trozos, no me apaño nada bien con eso de pegar trozos rotos. Por eso me quedas así, con un trozo menos de corazón, pues te lo has llevado contigo. Porque yo me quedo y tú te has ido.Y a veces no sé entender bien las cosas cuando las tengo delante y a veces las entiendo pero quiero hacer como que no. Me despido de ti sin llorar porque así me lo pediste una vez y yo te hago caso, aunque las lágrimas queman en mi garganta. Hasta luego, Tere.