Claudia

Este es el comienzo de una historia de amor que comenzó hace 26 años. Fue una niña muy querida y muy mimada también, hecho que le ha perjudicado más que beneficiado. Era una niña morena, de ojos enormes y oscuros, con una boca que muy pronto empezó a hablar. Para nosotras, sus hermanas mayores, era un pequeño juguete entre nuestros brazos a la que nos gustaba hacer rabiar y a la que sentimos que debíamos proteger desde el primer día. Yo siento por ella un apego que se acerca más a la obsesión que al amor: no puedo negarle nada de lo que me pide. Me fascina la mujer en la que se ha convertido cuando miro su cara en cuya mirada encuentro a una persona más madura y menos ingenua. Lucha por lo que quiere hasta el final aunque se desanima con facilidad. Fue una adolescente miedosa que ha dado paso a una mujer valiente y fuerte que ha elegido para su vida el servir a los demás. Enamora su dulzura y a la vez su fiereza, se le nota cuando no le gusta algo o alguien y tampoco intenta disimularlo. Su inseguridad rivaliza con su carácter fuerte, su belleza elegante, sus labios rojos, su mirada inocente, es todo un cúmulo de contrariedades. Es mi niña mimada, mi hija, mi hermana, mi amiga, mi fuerza, mis ganas de seguir. 26 años haciéndome sentir lo más parecido a ser madre. Te amo, ahora, siempre.